domingo, 13 de enero de 2013

La Luna y la vida en la Tierra


Cuando miramos al cielo en una noche despejada, la Luna no nos llama demasiado la atención, incluso nos molesta ya que con su luminosidad nos impide ver otros objetos. Por otro lado se nos presenta aburrida, está siempre allí, el hombre la ha pisado seis veces, no quedaría mucho ya por saber de ella. Sin embargo, tiene un papel importantísimo para la vida en la Tierra.
En primer lugar consideremos que ni Mercurio ni Venus tienen satélites y Marte tiene una par de asteroides pequeños capturados como lunas. Si queremos ver lunas de las mismas dimensiones que la nuestra debemos de ir a los planetas gigantes Júpiter y Saturno, pero ninguno con una relación de tamaño tan grande como el de nuestro satélite comparado con el de la Tierra. Precisamente es por esta relación de tamaños, es que es tan importante la Luna, influenciando a la Tierra del modo que se describe.


Origen


Se cree que la Luna se formó hace 4500 millones de años por la colisión entre un planeta del tamaño de Marte y la Tierra. El material eyectado de las capas externas terrestres se agregó formando la Luna. El núcleo metálico terrestre sufrió menos el impacto y esto explicaría la ausencia de hierro en la Luna.


La estabilidad del eje de rotación de la Tierra


El efecto gravitatorio de la Luna mantiene constante el grado de inclinación del eje de rotación de la Tierra, y esta inclinación es lo que permite contar con un ciclo estable de las estaciones mientras la Tierra orbita en torno al Sol.

Rotación de la Tierra sin el efecto gravitatorio de la Luna

Si no tuviéramos la Luna el eje de la Tierra variaría de forma caótica entre cero y noventa grados. Los cambios climáticos serían totalmente drásticos, la Luna se encarga de mantener estable el clima de nuestro planeta, podría decirse que es el regulador climático de la Tierra
El grado de inclinación actual de la Tierra, es de 23,5°. Existe un equipo investigador en Alemania que opina que la razón de que las primeras civilizaciones surgieran en la región del Delta del Nilo y no en el Sahara en donde había grupos humanos más numerosos, se debió a que la inclinación de la Tierra era de menos de un grado a la actual. El frondoso Sahara del norte de África se convirtió después en un terreno marrón y yermo. Aún hoy es el desierto más extenso de la Tierra y el resultado de una fluctuación planetaria. Sin la Luna tendríamos cambios en la inclinación de 20, 30, 40, 50 grados y más, así que si comparamos esto con ese cambio de inclinación de menos de 1 grado que provocó las migraciones humanas en masa nos podemos hacerse una idea de lo importante que este fenómeno es para la existencia de vida en la Tierra.
Nuestro planeta rota completamente sobre su propio eje una vez cada 24 horas. Sin la presencia de la Luna y su efecto gravitatorio sobre la Tierra, ésta daría una vuelta cada 8 horas; un año en la Tierra estaría compuesto por 1.095 días de 8 horas cada uno. Con una velocidad de rotación tan alta como esa, los vientos serían muchísimo más potentes y violentos que los que conocemos en la actualidad, la atmósfera tendría mucho más oxígeno y el campo magnético del planeta sería tres veces más intenso. Bajo estas condiciones tan diferentes, es razonable pensar que la vida animal y vegetal, en caso de haberse desarrollado, habría evolucionado de forma totalmente diferente a como lo ha hecho. Que nuestro planeta cuente con días de 24 horas favorece mucho a las formas de vida que lo habitan, puesto que los cambios de temperatura no son excesivamente bruscos en el paso del día a la noche, tal como lo serían con días de solo 8 horas.
 

Las mareas


La atracción gravitatoria de la Luna ejercida sobre la Tierra Luna la convierte en la causante de las subidas y bajadas de las mareas.  Produce una deformación sobre nuestro planeta, “estirandolo” en aquellos lugares donde la atracción es más fuerte, dándole un aspecto de huevo. Como la Tierra es sólida, esta deformación afecta de forma más significativa a las aguas, creando un ligero movimiento en dirección a la Luna, y aunque no resulta tan evidente, produciendo también un movimiento en dirección contraria; esto es lo que genera el efecto que hace que las aguas suban y bajen dos veces al día.
Especulaciones científicas intentan determinar el papel de las mareas en la aparición de la misma vida, la que surgió apenas 700 millones después de formarse la Luna. En ese entonces, dado que la Luna se encontraba mas próxima a la Tierra, las mareas serían muy pronunciadas y tenían un ciclo de 6 horas que liberaban y cubrían grandes extensiones de costa de kilómetros de anchura. Según algunos investigadores esto produciría las condiciones necesarias para que los ácidos nucleicos se ensamblaran de manera más compleja.

Por último, un dato importante a tener en cuenta es que la Luna, por el mismo efecto deArchivo:Apollo 11 Lunar Laser Ranging Experiment.jpg las mareas, se aleja gradualmente de la Tierra, exactamente a razón de 3,8 centímetros por año. Este alejamiento se puede comprobar empleando los retroreflectores que los astronautas de las diferentes misiones Apolo dejaron en la superficie lunar. Disparando un haz de láser hacia los mismo se puede medir con exactitud el alejamiento mencionado.
Este alejamiento tiene como consecuencia también que los días sean mas largos.
Se han propuestos algunas ideas muy “atrevidas” para disminuir el efecto del alejamiento de la Luna: la construcción de presas, no en los ríos, sino en los océanos; o la de secuestrar a una de las lunas de Júpiter, Europa. Por ahora se tratan de ficciones científicas, pero tenemos millones de años por delante para desarrollar nuestra tecnología.

Ahora que se han descubierto planetas alrededor de otras estrellas, ¿Qué nivel de importancia tiene la existencia de una Luna para que sean posibles unas condiciones de vida como las de la Tierra? Al parecer la respuesta es un nivel bastante considerable.

Después de todo esto, la próxima noche que dirijamos la vista a la Luna en el cielo nocturno, posiblemente la veamos de otro modo.




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